EXCULPACIÓN

Tú, Divina, de la claridad,
rogad por mi innata flaqueza,
que se sucumbe en oscuridad,
por la exculpación de mi torpeza.

Mi rostro exultado, en ansiedad,
mi alma sigilosa y entumecida,
pero, Plácida en mi sensualidad,
como con la garganta carcomida.

Tú, supremo Dios de la idoneidad,
castiga mis deseos con derrota,
condena mi olvido con voluptuosidad,
atando mi cuerpo y mi alma impoluta.

Mi desnudez cabalga con frialdad,
en el pensar de mi inútil travesía,
de la justicia meditabunda y pérdida,
en imputaciones de la maldad.

Ajeno es el delito a mi voluntad,
como el devenir de mi inocencia,
exculpa mi alma en amabilidad,
callad las heridas; solo mías.

Exculpación, exculpación a mi vida,
exculpación, por estar dormida,
exculpación al que me ignora,
exculpación al que no lo entienda.

AHIDALID ALVARADO ROJAS

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