ECLIPSE
ECLIPSE
Tú mente es un eclipse
que desborda airosa,
la luz nocturna cristalina;
conjugada con la luna,
para ausentarse en el derroche,
con el sol al enamorarse.
Debes eclipsar o vencer,
lunación que te domina
como el tiempo en tú insidia;
le ve llegar en su carroza,
superando tú esbeltez,
en besos hurtados al desdén.
Mira la tierra que te vió nacer;
el ancho cielo que te ama,
hermosos labios de seda,
cuerpo efímero de hada,
ojos de lucero rebelde,
iluminan y oscurecen, tú ser.
Al suspiro de la medio noche,
se interpone la Madre Tierra,
entre tú, la esplendida luna,
y yo, el radiante sol que te deslumbra
como último latido al perecer,
fundida como una élite..
Eclipse de la reverencia,
del Sol ardiente en tus manos
y la furia de la más hermosa luna.
que cabalga en la neblina
como Oda lírica, a tu mente,
que decaen en dócil anochecer.
Duerme, duerme, eclipse,
sueña con palabras de amor,
para que el sol en tu ventana,
despierte tu corazón lisonjero;
sin remordimientos ni miedos,
que te confundan en el cielo.
AHIDALID ALVARADO ROJAS.
Me Reservo Derechos De Autor
Tú mente es un eclipse
que desborda airosa,
la luz nocturna cristalina;
conjugada con la luna,
para ausentarse en el derroche,
con el sol al enamorarse.
Debes eclipsar o vencer,
lunación que te domina
como el tiempo en tú insidia;
le ve llegar en su carroza,
superando tú esbeltez,
en besos hurtados al desdén.
Mira la tierra que te vió nacer;
el ancho cielo que te ama,
hermosos labios de seda,
cuerpo efímero de hada,
ojos de lucero rebelde,
iluminan y oscurecen, tú ser.
Al suspiro de la medio noche,
se interpone la Madre Tierra,
entre tú, la esplendida luna,
y yo, el radiante sol que te deslumbra
como último latido al perecer,
fundida como una élite..
Eclipse de la reverencia,
del Sol ardiente en tus manos
y la furia de la más hermosa luna.
que cabalga en la neblina
como Oda lírica, a tu mente,
que decaen en dócil anochecer.
Duerme, duerme, eclipse,
sueña con palabras de amor,
para que el sol en tu ventana,
despierte tu corazón lisonjero;
sin remordimientos ni miedos,
que te confundan en el cielo.
AHIDALID ALVARADO ROJAS.
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"No hay pensamientos más profundos y elocuentes que el de los mudos por el viento y silenciados por el tiempo" Ahidalid